La extraña enfermedad de una mujer la hace alérgica a todo, incluso a su marido

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La lista de cosas a las que les tiene alergia Johanna Watkins es tan larga que ni un cuaderno de 1,000 páginas alcanzaría para enumerarlas todas.

Y es que no son solo productos o sustancias químicas lo que Johanna no puede tolerar. El organismo de esta joven estadounidense de 29 años reacciona con violencia incluso a la presencia de su propio marido.

Johanna sufre de una condición que se conoce como Síndrome de Activación Mastocitaria, una enfermedad inmunológica reconocida por primera vez en 2007.

En los pacientes que sufren esta condición, el organismo produce un exceso de sustancias químicas responsable de controlar las reacciones alérgicas.

Esto se manifiesta en una inflamación multisistémica crónica, con alergias y crecimiento de tejidos que generan una enorme variedad de síntomas, dependiendo de qué sistema se inflame.

Contrario a lo que pueda parecer, “no es una enfermedad rara”, le explica a BBC Mundo Lawrence Affrin, el médico que finalmente le diagnosticó la enfermedad, después de Johanna consultara con cerca de 30 especialistas que le dieron un diagnóstico equivocado.

“Pero sus síntomas son tan variados que es muy difícil reconocerla”.

Encierro

La mayoría de los casos, señala Affrin, son leves, se pueden controlar con medicación y el pronóstico de vida del paciente es similar al de alguien que no tiene la enfermedad.

Sin embargo el caso de Johanna -y en esto es donde radica su rareza- es de una severidad extrema. Tal es así que la única forma en que ha logrado limitar en número de reacciones alérgicas agudas que ponen en riesgo su vida es encerrándose en una habitación de la que sólo sale en caso de emergencia.

Incluso las visitas a su médico son cada vez más esporádicas. “Aunque hagamos todo lo posible para mantener el ambiente de la clínica libre de olores, cada vez que viene su condición empeora”, comenta Affrin.

Las únicas personas que ingresan a la habitación de Johanna son sus hermanos. Antes de entrar, deben evitar ingerir ciertos alimentos, higienizarse con un jabón sin perfume y vestirse una vez que están dentro del cuarto con ropa que nunca ha salido de allí.

Ellos son los únicos seres humanos que hasta el momento no le provocan una reacción alérgica.

Su marido, Scott (que vive en una sala en la planta baja de la casa), no puede acercarse. La única forma que ambos tienen de mantenerse en contacto es a través de Skype.

“Hace tres o cuatro años, cuando me acercaba mucho a mi esposa, específicamente cuando mi rostro estaba cerca del suyo, ella empezaba a toser. Pasaba cada vez que trataba de abrazarla o besarla”, le explica Scott a la BBC.

Fuente/BBC

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